CRUCES. REPÚBLICO
I.
Te
voy a hablar de mis miedos
En
este instante silencio
vas
a ver cómo llamo a mis sombras
y en
bandada
van
a venir a oscurecer mi cielo
Dame
la mano
mirate
en mis ojos
y
asomate
Vas
a ver los escombros
de
un pasado que oculto
Vas
a ver cómo me castigo
cuando
no sé qué hacer
a
quién culpar de mis errores
el
mundo que guardo y me hace llorar
buscalo
está
encerrado bajo nueve candados
las
llaves las tiré una tarde que escuché a Louis
y le
creí cada palabra
pero
a veces las flores no florecen para mí
hay
campos de flores marchitas
charcos
de sangre
sombras
de ausentes
muñecas
abandonadas
juguetes
sin nombre
II.
El
miedo crecía en la noche
El
crujido de la madera
eran
las voces de mis monstruos
llamándome
Papá,
tengo miedo
En
las sombras alguien se mueve
me
mira con ojos de muerte
Papá
no
quiero rezar
Abajo
de la cama
los
fantasmas se esconden
Tengo
miedo
prendé
la luz
Dame
la mano y no la sueltes
III.
El
Falso Cruz me mataba en vida
Mi
papá me cargaba en sus brazos
y me
llevaba al baño lleno de vapor
La
muerte abría la puerta
Adentro
mi
mamá nos esperaba
Crecí
sin ese miedo
Los
finales siempre son puertas que se abren
IV.
Abandonar
el nido
y
verme sola
sin
alas
parada
en medio de la peatonal
rodeada
de gente que va y viene
sin
mirarme
V.
Los
que lloran la muerte
los
que lloran la noche solos
los
que se pierden
los
que no saben
los
que recuerdan
los
que quieren sin lograrlo
La
oscuridad
El
frío
Las
pesadillas
Caminar
a tientas
La
incertidumbre
siempre
El
miedo es la ausencia
VI.
Afuera
el
mundo
Un
chico me escribe desde La Franja de Gaza
me
dice que hoy murió una mujer con su bebé en los brazos
que
él ahora está en su habitación
y
escucha las bombas que estallan cerca de su ventana
Es
barbero
y
tuvo un buen día porque pudo volver con vida a su casa
alabado
sea Alá
el
sol apareció tras el humo de las bombas
Me
pregunta si puede ser mi amigo
me
dice que ama la música
que
la educación no vale nada para ellos
El
miedo es su aliado
VII.
Mis
calles se inundan de colores
El
mundo es un pañuelo que venda los ojos
Muchos
gritan y piden justicia
detrás
de pantallas blancas
Visten
el traje de lo correcto
de
lo que se dice
de
lo que no se hace
Y
callan
La
muerte de los que tienen miedo
el
hambre de los que están solos
Hay
palabras bombas que estallan
Un
Dios que se arrastra
Creencias
muertas que barren bajo una alfombra la realidad
Los
pájaros en concilio
buscan
árboles en medio del desmonte
En
mis calles
las
mujeres se dan la mano
guardan
su fuerza en el puño que levantan
La
verdad es una mujer
VIII.
En
un baño
alguien
se abraza sola en la oscuridad
y
mira de frente al miedo en el espejo
escucha
el grito tras la ventana
y se
pregunta
quién
la mira ahora
ahora
que está sola
y no
sabe qué hacer
IX.
Una
mano
-una
sola-
puede
encender la luz
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